Un cambio sin un fin específico no tiene sentido alguno.
Cuando de cambios se trata no olvidemos preguntarnos y contestarnos: ¿Para qué?.
¿Para qué quiero cambiar?, o ¿para qué se necesita un cambio?.
Si no hay respuesta a esto, por favor, quédese como está.
Todo cambio tiene una razón para realizarlo y un fin bien determinado.
Lo más difícil del cambio no es la resistencia que ofrecen las personas ante los cambios. Lo difícil es entender las bondades, ventajas y beneficios de esos cambios para todos los involucrados.
Por otra parte, debo advertirte que lo más difícil es lo que yo llamo "el transfer" del cambio propuesto hacia el cambio alcanzado.
El camino ("transfer") del Aquí al Allá del cambio es lo que muy pocos sabemos hacer, explicar y lograr.
Repito si no tienes bien claro el para qué de un cambio ni siquiera pienses en el qué cambiar.